LA PRIMERA NOCHE DE HALLOWEEN
Érase una vez un niño que nació el treinta y uno de Octubre, justo la noche de Halloween. Y… ¿sabéis? Nació un poco raro: los ojos en blanco, dados la vuelta, los pelos rojos de punta, el cuerpo lleno de vellos rizados verdes y unos dientes largos y afilados como cuchillas. Le pusieron de nombre Nacho.
Su madre y su padre le llevaron a la pediatra porque no sabían a qué se debían esas características. Cuando llegaron a su consulta, les atendió la doctora Galicia:
- ¿Qué le ha pasado?- le preguntó la doctora.
- Ha nacido así, como lo ve usted. – le contestó la madre.
- A ver, a ver… – dijo la pediatra mientras le tomaba el pulso, la temperatura y la tensión.
Tras un largo reconocimiento dijo:
- Por lo que veo es un claro caso de Halloweeniano. Sólo podrá salir en las noches de Halloween.
Así que desde entonces, Nacho todas las noches de Halloween halloweeniano se lo pasa genial asustando a los demás.
Y colorín, colorado este cuento miedo te habrá dado.